Nuestro Sistema Educativo prevé que los alumnos-as con altas capacidades entren en el Aula de n.e.e., y así debería de ser, pero la realidad es muy distinta. Los maestros-as no tenemos pautas claras que nos ayuden a saber si un niño o niña tiene altas capacidades. Las altas capacidades se confunden, a menudo, con la inteligencia y el estudio, a veces sin querer y otras, desgraciadamente, queriendo.
En edades tan tempranas, infantil, no produce demasiada frustración porque el conocimiento de los demás es tan limitado como el de ellos, aunque ya van despuntando en los últimos años; pero según va pasando la primaria a veces es un tormento para la familia y para el chaval.
¿Sabemos cómo intervenir?
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