Una sencilla técnica que se puede realizar con tenedores de plástico o de metal.
Lo interesante es que la pintura sea algo espesa y se ponga en un plato o superficie plana, con no mucha cantidad, para que las marcas sobre la cartulina queden bien definidas.
A los peques les encanta ver los resultados. Que por cierto, son tan espectaculares como los que dejo en la última imagen.