Aprovechando que traba-jamos la alimentación se me ocurrió esta experiencia tan sencilla y llamativa.
Hablando de los alimentos comentamos las ventajas del vacío en su conservación, pero nada mejor que verlo y experimentarlo.
Para ello llevaremos algún alimento conservado al vacío (bote de tomate frito, mermelada, embutido...), lo dejamos varios días sin abrir y veremos que se conserva fresco igual que el primer día. Abrimos el recipiente y lo dejamos varios días abierto, y comprobamos cómo se deteriora y estropea o pudre. En la asamblea lo niños-as sacarán sus propias conclusiones.
Ahora vamos a hacer el vacío de una forma muy visual. Necesitamos dos recipientes de cristal, un líquido (agua mejor coloreada) y una vela.
Este es el proceso:
Se pega la vela al recipiente grande con la propia cera. Se vierte el líquido. Se enciende la vela y se tapa con el recipiente más pequeño. Al cabo de poco tiempo la llama consume el oxígeno del aire, se apaga y forma el vacío absorbiendo el líquido (de aquí la diferencia de nivel).
Os aseguro que es espectacular.
Pincha en la imagen.